jueves, junio 30, 2011

"¿Me das tu teléfono?"

Hay diferentes versiones de la cuestión, pero todas terminan igual.

Pienso en una de esas versiones. Hay más, pero piensen en la que más les guste o más se adapte a su experiencia personal. Acá va la mía.

Se conocen más o menos. Quizás trabajan juntos, o se ven en alguna clase en la facultad o en alguna actividad en común, de vez en cuando. O solían tratarse, perdieron el contacto y lo retomaron a través de algunas de esas extendidas redes sociales. Quizás iban al colegio juntos o al club del barrio. O tienen un amigo en común. Eso no importa demasiado.
Él y ella llevan tiempo pensando en juntarse. Él la invita, finalmente. O ella decide que va a dar el primer paso, total, estamos en una especie de nueva era en eso de las relaciones (pero algo me dice que todavía seguimos en pañales en esto, aunque nos hagamos los "modernos"). "Juntémonos a tomar una birra en el bar NN, a las once y media, o por ahí".
O ponele que están en la facu y ninguno de los dos tiene que estudiar porque acaban de sacarse de encima un parcial de esos jodidos... y están contentos y hay que festejar y hay que tomarse una birra. Y, obvio, se tienen ganas. No te digo esas ganas de comprar una casa con patio, tener un perro que se llame "Pipo" y dos varones y una nena. No. Ganas de manosearse un rato nada más.
Y resulta que van y se toman la birra, están contentos, charlan de todo lo que no sea ese parcial y esa materia que se sacaron momentáneamente de encima... porque, además, es el último día de clases. Ahora resta esperar la nota y ver si rinden el final y en qué fecha. Bueno, parece que la están pasando bien. Se termina la birra, cierra el lugar, pero ellos siguen teniendo ganas de charlar y se mudan a otro bar. O buscan una fiesta, qué se yo. La cuestión es que alargan la juntada...
Al final, ya ubicados en el nuevo lugar encontrado, él se acerca cada vez más porque, en ese lugar que encontraron, la música está muy fuerte. O puede ser ella la que se acerca porque ya nos quedó claro que nos hacemos los "modernos". O que nos pensamos "modernos". Pero no importa quién se acerca primero, porque el final ya lo conocemos. En algunas versiones, él y ella se quedan toda la noche besuqueándose y toqueteándose. Y siguen alargándola... entonces se hace la hora de volver a casa, porque ese bar también va a cerrar, y se separan y se produce lo mismo que lo que viene al final del otro caso. Eso pasa en la versiones más conservadoras.
En las versiones menos conservadoras, alguno de los dos (depende de distancias, compañeros de casa/dpto, etc.) dice "¿vamos a dormir?" y entonces se toman un taxi o un colectivo o, si están cerca, caminan, chocándose y haciendo eses. Incluso se dan la mano, aunque depende de la borrachera que lleven encima. En esta versión, algunos, los más impacientes, se van sacando la ropa por las escaleras o, mientras tratan de abrir la puerta de entrada, van perdiendo las cosas por el camino y las patean para adentro en un torbellino de besuqueo y manoseo... y todo lo que viene después (me pongo pudorosa acá, usen la imaginación). Los más delicados, llegan, ofrecen alguna cosa... ponen música, se sientan en el borde de la cama y van más despacito. En todo caso, termina más o menos en el mismo lugar.
En los casos que yo conozco, seguro que se duermen juntos. Algunos se despiertan en diferentes lados de la cama. Otros, todos enroscados y con dolor de espalda... esos a los que les gusta el contacto y no les molesta que los caguen a patadas. El dueño de casa seguro hace café o mate o té. A veces, hay timidez y pudor y esos típicos "¿qué pasó ayer?". Lo que seguro ocurre en la mayoría de los casos es que él, cuando llega el momento de la separación, produce la siguiente pregunta: "¿Me das tu teléfono?". Y, lo más probable, es que ella se lo dé (en general ella se lo da). Entonces, ocurre la separación.
Pasan las horas, lo más normal, los días, ¿semanas? Ni una noticia.
¿Qué onda, gente? Sí, capaz que no se había copado tanto. Seguro, fue una cosa casual... estaban contentos por la situación, por el alcohol, tenían ganitas, estában calientes, whatever... pero, loco, ¿para qué le pedís el teléfono? Si con lo que había estaba bien... era una cosa de esa vez. No hay drama, pasamos página. Buena onda anoche, see you when I see you. O no. Pero listo, ya está. Qué onda es eso de generar expectativa. Grow a pair, muchachos, háganse cargo, no les copó tanto. No pidan el teléfono si no tienen intenciones de llamar.

Salú!

martes, junio 28, 2011

Cuando estoy borracha...

... se me ocurren millones de boludeces que publicaría.
Ahora bien, poneme una tarde después de escribir el resumen de un artículo que no escribí para un congreso, y nada de nada.

Esto automáticamente me remite a Lev Yilmaz y este maravilloso video.

Aunque, en mi caso, hay un proyecto pero no necesita realizarse. Es capricho, nada más.

lunes, junio 27, 2011

RESURREXIT

Hace tiempo que vengo pensando en resucitar este espacio que creé, cuando vivía en Barcelona, para conectar con el otro lado del Atlántico. Ahora, del lado del Atlántico con el que quería conectar, mientras que espero que se termine de cocinar mi tarta de choclo y queso, dije "masí... dale, que va".
Pensé en eliminar todas las idioteces que escribía cuando tenía 19 años, pero qué se yo... let's embrace stupidity. Total, todo lo que va a seguir, si es que sigue, también será estupido.
Anyway... veremos cuánto me dura esto de la blogósfera.
¡Salud y buen provecho!

lunes, octubre 16, 2006

En noviembre, al cine...

Se estrena Chile 672, hay que ir al cine... cuando esté segura de en qué cines va a estar pasaré a avisar.
Espero que los (pocos) que visitan este abandonado lugar vayan a ver esta película, que ya recomendé alguna vez.
Les dejo el flyer



Vayan eh!!

Salud!

V.-



lunes, septiembre 11, 2006

Todo lo sólido se desvanece en el aire

Del nuevo disco de Gabo Ferro (que aunque no escuché entero, conociendo su música, igual recomiendo), dejo esta canción, dedicada a alguien, no importa mucho a quién:


Árbol de naranjas

Árbol de naranjas
No ha venido
Dame una fruta dulce
bien dulce para el olvido

Árbol de naranjas
Perfuma el camino
Marcale una estela dulce
parece que se ha perdido

Cae una naranja
Caen dos
Caen todas las naranjas
salvo el sol
Que fue naranja tuya que subió
Que caliente sus pies;
perfume su corazón

Árbol de naranjas
No ha venido hoy
Dame una fruta dulce
bien dulce para el olvido

Cae una fruta
Caen dos
Caen todas las naranjas
salvo el sol
Que fue naranja tuya que subió
Que caliente sus pies
Perfume su corazón
Le endulce la partida
Le ilumine mi amor.

viernes, septiembre 08, 2006

Trazos

Miró los trazos de su lápiz en los apuntes –¿Puedo escribirlos con lápiz?
Ahora recuerda, ella se sentaba en su escritorio y leía los apuntes… mientras leía garabateaba en los márgenes de la fotocopia… mientras garabateaba sostenía el cigarrillo en su mano derecha. Acercaba el cigarrillo a los labios y apoyaba la colilla en el costado izquierdo de su boca y levantaba la cabeza y cerraba un poco los ojos, para evitar que el humo entrara.
Recuerda que cuando estaban en su casa ella hacía mate y dejaba la pava sobre la alfombra, el mate en el escritorio, a un costado de los papeles desparramados, del otro lado el cenicero desbordando de colillas amarillentas de nicotina.
Mira los trazos de su lápiz mecánico (se nota en el trazo, 0.5, una mina muy fina) en los apuntes. Ella siempre escribía los márgenes de los apuntes
–Después no tengo tiempo de volver a leerlos, ayuda memoria.
Entonces recuerda, ella siempre se atrasaba y se enloquecía los últimos días…no podía evitar la neurosis pre-parcial.
Y tomaba litros de café. Si uno se la cruzaba en los pasillos, siempre tenía un vasito de plástico en la mano. Si no llevaba muchas cosas, en la mano libre seguramente había un cigarrillo. El café era cortado, casi seguro. O quizá café con leche. Y grandes cantidades de azúcar, en el cortado o en el café con leche.
Cuando tomaba mate, sin embargo, era amargo. Y nunca comía galletitas.
Miró los trazos de su lápiz mecánico, las letras alargadas, en sus viejos apuntes.
Ahora ella ya no iba a pedirle más apuntes. Ella compraba sus propios apuntes ahora. Y él compraba los suyos.
Miró por última vez los trazos de su lápiz en sus apuntes. Guardó los apuntes garabateados en los márgenes. Los guardó en el segundo cajón del escritorio. Su escritorio ordenado, con el cenicero vacío y limpio

martes, agosto 08, 2006

Sigue siguiendo el año académico


Punto final a las vacaciones invernales.
Volviendo a las locuras horarias habituales, empiezo un nuevo cuatrimestre que promete atareamiento.
Esta vez con una cantidad de materias normales, pero con una carga horaria un tanto desmesurada, como a mi me gusta... O.o
Lingüística, Gramática y Latín I. 8 horas + 10 horas + 6 horas... semanales
Y mi fin de semana ha quedado desplazado un día. De martes a sábado me podrán ubicar en Puán 480, jeje... entre las 17 y las 23... dependiendo los días. Los sábados de 13 a 17... oh sí! Lingüística se dicta los sábados...
Prometo aparecer poco por el blog =P

Saludos!

V.-