jueves, noviembre 03, 2011

Para la ginepedia

TEG

(acrónimo masc.)

1. ~ del amor

Forma de paranoia producto de la sobredimensionalización de las interferencias en el canal (función fática del lenguaje) dentro de las relaciones interpersonales, en especial las amorosas.

Podría ser calificada como psicopatología y parecería deberle su nombre a Caro Chinaski. Suele darse de manera crónica en la mayoría de los individuos mayores de veinte años y empeorar a partir de los veinticinco. Se ha detectado también un pequeño porcentaje de menores que la desarrollan tempranamente.

Las investigaciones apuntan a que las mujeres se hacen cargo más habitualmente de sufrir este mal (por que sí, puede calificársela de patología maligna para la salud mental en la mayoría de los casos conocidos), posiblemente debido a que son más propensas a las reflexiones profundas (muchas veces, profundas al pedo). En los hombres se registra un número menor de casos, posiblemente debido a un estilo de vida / pose del tipo “todo me chupa un huevo”.

Aparentemente, dicho mal consiste en una excesiva lectura del subtexto de todo lo dicho o escrito por una de las partes de la pareja, lo que generalmente lleva a malos entendidos y caras largas. Muchas veces también se sobreanalizan gestos, entonación y selección léxica.

El tratamiento más habitual es a través de la terapia grupal y la consulta popular. Por lo general, cuando el individuo comienza a desarrollar una terrible angustia, pone a debate la lectura hecha y solicita una second opinion sobre la tarea crítica realizada. Este tratamiento surte mejor efecto cuando la opinión popular difiere de la lectura realizada y se insta al individuo a utilizar otros ejes de análisis.

Las recaídas suelen ser inevitables.

martes, agosto 02, 2011

Resaca

Revisando entre mis archivos, encontré algunas de mis producciones literarias de cuando tenía unos 22 o 23 años. Entre ellas, el siguiente relato breve, que como me pareció "no tan malo" (como dice un conocido mío), decidí compartir.


AYER

El movimiento a su lado le devolvió imágenes de la noche anterior.
Esa no era su cama y tampoco era esa su habitación.
Se incorporó de golpe y quedó sentada en esa cama que no era la suya. El mareo sacudió su cabeza. Una nueva imagen la hizo estremecer y una marea de desasosiego recorrió su cuerpo. Intentó armar una unidad con las imágenes que iban apareciendo. Las imágenes estaban recortadas y parecían no alcanzar para reconstruir los hechos de la noche anterior. Pero, a decir verdad, no hacía falta una reconstrucción. Las pocas piezas del rompecabezas eran suficientes para llegar a una conclusión.
Nuevas imágenes le devolvían la visión de dos personas moviéndose con desesperación: manotazos y empujones torpes. Y sin embargo, al mismo tiempo, cada movimiento parecía milimétricamente calculado.
Poco a poco las piezas que completaban el rompecabezas iban reapareciendo, desordenadas.

Vino, Fernet, Vodka iban y venían en los vasos. El humo completaba la escena. Voces fuertes y risas sonorizaban el ambiente.Los grupos comenzaban a desarmarse cuando el reloj se acercaba a las 4:00 a.m.Y ahora ella iba hacia la puerta seguida de cerca por él. Algo la hacía tambalear y él la atajaba. Ella reía apoyada sobre él y entonces sentía su respiración en el cuello. Su risa cesaba y la respiración de él se aceleraba. Ahora sentía los dedos de él apurándose hacia su cintura, subiendo de costado, rozando levemente su pecho y volviendo a bajar por su abdomen. Una humedad tibia recorría entonces su cuello.Cerró los ojos, sus piernas temblaron y él volvió a atajarla. Esta vez, ella no río y él no respiró agitadamente sobre su cuello. Esta vez, él la hizo girar sobre sus talones y la empujó bruscamente sobre la pared a su izquierda. Esta vez, se apoyó sobre ella y su boca transitó nuevamente su cuello pero esta vez, su boca no se quedó ahí, siguió subiendo. Ella permaneció con los ojos cerrados.

Entonces se sucedieron las imágenes del final. El cambio de escenario. Ya no era el pasillo, era el lugar en el que estaba ahora. La habitación que no era la suya.

Estaba amaneciendo, pero el cuarto permanecía en penumbras. Tanteó en la mesa de luz un paquete de cigarrillos, en donde todavía quedaban dos cigarrillos y estaba el encendedor. Se levantó sin tener cuidado de no despertar a la persona que estaba a su lado y caminó a la ventana. Encendió el cigarrillo y se quedó observando los hilos de humo que salían de él.

martes, julio 19, 2011

Para la ginepedia

Gringo

Este artículo está incompleto. Research adecuada se llevará a cabo en los próximos 15 días desde localidades en las que la especie en cuestión se supone muy extendida.

(Etim. [muy] disc. o del ingl. "green go home!")

1. sust. m.

No está claro si hablamos de yanquis o de todo género de extranjero. Pero se cree que los que no son rubios y altos y/o hablan lenguas que desciendan del germánico no aplicarían a esta categoría.
Suele haber discusión acerca de qué onda con los gringos. Hay gringófilas y gringófobas, las hay también neutrales, como Suiza. Hay de todo.
Las neutrales no le prestan mucha atención al asunto porque no discriminan.
Las gringófilas no lo son tanto, porque seguro que si se les planta un latino con acento caribeño se prenden a militar el cachengue, actitud tan propia de las zonas costeñas a la que ellas adscriben siempre, siempre.
Las grigófobas alegan alergias y zarpullido si un gringo se les acerca demasiado. Las informaciones oficiales, sin embargo, comunican que por ahora no se ha comprobado que eso ocurra. Y las neutrales y gringófilas pretenden que aquellas que se dicen grigófobas deberían darle una oportunidad al asunto.

(cont.)

lunes, julio 04, 2011

Mariposas en la panza contra mensajitos de texto

Era sencillo el amor a los 15 años.

No había que estar jugando al TEG (del amor) y leyendo el subtexto de todo y pensando el subtexto de todo.

¿Se acuerdan del sencillo y directo "querés ser mi novia"?

Pero ahora somos así.

Y que nadie diga que no hace esas cosas... Si habré pasado noches dando consejos y recibiendo consejos para escribir un simple mensajito de texto.

¡Qué complicado, che!

jueves, junio 30, 2011

"¿Me das tu teléfono?"

Hay diferentes versiones de la cuestión, pero todas terminan igual.

Pienso en una de esas versiones. Hay más, pero piensen en la que más les guste o más se adapte a su experiencia personal. Acá va la mía.

Se conocen más o menos. Quizás trabajan juntos, o se ven en alguna clase en la facultad o en alguna actividad en común, de vez en cuando. O solían tratarse, perdieron el contacto y lo retomaron a través de algunas de esas extendidas redes sociales. Quizás iban al colegio juntos o al club del barrio. O tienen un amigo en común. Eso no importa demasiado.
Él y ella llevan tiempo pensando en juntarse. Él la invita, finalmente. O ella decide que va a dar el primer paso, total, estamos en una especie de nueva era en eso de las relaciones (pero algo me dice que todavía seguimos en pañales en esto, aunque nos hagamos los "modernos"). "Juntémonos a tomar una birra en el bar NN, a las once y media, o por ahí".
O ponele que están en la facu y ninguno de los dos tiene que estudiar porque acaban de sacarse de encima un parcial de esos jodidos... y están contentos y hay que festejar y hay que tomarse una birra. Y, obvio, se tienen ganas. No te digo esas ganas de comprar una casa con patio, tener un perro que se llame "Pipo" y dos varones y una nena. No. Ganas de manosearse un rato nada más.
Y resulta que van y se toman la birra, están contentos, charlan de todo lo que no sea ese parcial y esa materia que se sacaron momentáneamente de encima... porque, además, es el último día de clases. Ahora resta esperar la nota y ver si rinden el final y en qué fecha. Bueno, parece que la están pasando bien. Se termina la birra, cierra el lugar, pero ellos siguen teniendo ganas de charlar y se mudan a otro bar. O buscan una fiesta, qué se yo. La cuestión es que alargan la juntada...
Al final, ya ubicados en el nuevo lugar encontrado, él se acerca cada vez más porque, en ese lugar que encontraron, la música está muy fuerte. O puede ser ella la que se acerca porque ya nos quedó claro que nos hacemos los "modernos". O que nos pensamos "modernos". Pero no importa quién se acerca primero, porque el final ya lo conocemos. En algunas versiones, él y ella se quedan toda la noche besuqueándose y toqueteándose. Y siguen alargándola... entonces se hace la hora de volver a casa, porque ese bar también va a cerrar, y se separan y se produce lo mismo que lo que viene al final del otro caso. Eso pasa en la versiones más conservadoras.
En las versiones menos conservadoras, alguno de los dos (depende de distancias, compañeros de casa/dpto, etc.) dice "¿vamos a dormir?" y entonces se toman un taxi o un colectivo o, si están cerca, caminan, chocándose y haciendo eses. Incluso se dan la mano, aunque depende de la borrachera que lleven encima. En esta versión, algunos, los más impacientes, se van sacando la ropa por las escaleras o, mientras tratan de abrir la puerta de entrada, van perdiendo las cosas por el camino y las patean para adentro en un torbellino de besuqueo y manoseo... y todo lo que viene después (me pongo pudorosa acá, usen la imaginación). Los más delicados, llegan, ofrecen alguna cosa... ponen música, se sientan en el borde de la cama y van más despacito. En todo caso, termina más o menos en el mismo lugar.
En los casos que yo conozco, seguro que se duermen juntos. Algunos se despiertan en diferentes lados de la cama. Otros, todos enroscados y con dolor de espalda... esos a los que les gusta el contacto y no les molesta que los caguen a patadas. El dueño de casa seguro hace café o mate o té. A veces, hay timidez y pudor y esos típicos "¿qué pasó ayer?". Lo que seguro ocurre en la mayoría de los casos es que él, cuando llega el momento de la separación, produce la siguiente pregunta: "¿Me das tu teléfono?". Y, lo más probable, es que ella se lo dé (en general ella se lo da). Entonces, ocurre la separación.
Pasan las horas, lo más normal, los días, ¿semanas? Ni una noticia.
¿Qué onda, gente? Sí, capaz que no se había copado tanto. Seguro, fue una cosa casual... estaban contentos por la situación, por el alcohol, tenían ganitas, estában calientes, whatever... pero, loco, ¿para qué le pedís el teléfono? Si con lo que había estaba bien... era una cosa de esa vez. No hay drama, pasamos página. Buena onda anoche, see you when I see you. O no. Pero listo, ya está. Qué onda es eso de generar expectativa. Grow a pair, muchachos, háganse cargo, no les copó tanto. No pidan el teléfono si no tienen intenciones de llamar.

Salú!

martes, junio 28, 2011

Cuando estoy borracha...

... se me ocurren millones de boludeces que publicaría.
Ahora bien, poneme una tarde después de escribir el resumen de un artículo que no escribí para un congreso, y nada de nada.

Esto automáticamente me remite a Lev Yilmaz y este maravilloso video.

Aunque, en mi caso, hay un proyecto pero no necesita realizarse. Es capricho, nada más.

lunes, junio 27, 2011

RESURREXIT

Hace tiempo que vengo pensando en resucitar este espacio que creé, cuando vivía en Barcelona, para conectar con el otro lado del Atlántico. Ahora, del lado del Atlántico con el que quería conectar, mientras que espero que se termine de cocinar mi tarta de choclo y queso, dije "masí... dale, que va".
Pensé en eliminar todas las idioteces que escribía cuando tenía 19 años, pero qué se yo... let's embrace stupidity. Total, todo lo que va a seguir, si es que sigue, también será estupido.
Anyway... veremos cuánto me dura esto de la blogósfera.
¡Salud y buen provecho!